Los programadores de Pavlov

Héctor Manuel Aceves Ortega
Representante de AMITI en Colima
@hmaceves

13_06_pablov

Después de recorrer varios Centros de software del país, así como “Tecno parques” y los también llamados “Clusters” de Tecnologías de información (TI), como consultor e instructor de por lo
menos una treintena de empresas de software y TI, tuve la oportunidad de observar sus estructuras organizativas, incluidas su infraestructura y dinámica de trabajo, que hasta la fecha son materia de estudio y trabajo para mí.

A varios años de esta labor de consultor en este tipo de empresas, recordé mis inicios como programador, y me he dado cuenta que en aquellos tiempos, nuestro espacio de trabajo no era ni por mucho el más atractivo. De hecho, nuestra labor como programadores nunca fue la protagonista, ni de la organización ni del proyecto mismo que desarrollábamos. Pero debo confesar que al menos a mí y a mis compañeros de trabajo de ese entonces, tampoco nos incomodaba, aceptábamos esa condición y de hecho la preferíamos. En aquellos años los programadores seguíamos siendo considerados personas muy poco sociables, parcas y ensimismadas en “nuestros asuntos”. Hoy las cosas han cambiado sobre manera.

Otra vez jolibud.

Muchas empresas y departamentos de software han copiado el “modelo” gringo de organización, infraestructura y dinámica de trabajo de las llamadas “empresas creativas” (las comillas son intencionales) y nuestros jóvenes programadores lo han aceptado de muy buena manera, como históricamente ha sucedido en ámbitos como la música, la moda, el lenguaje, entre muchos otros, arropados por el impulso de la máquina gringa favorita, generadora de estereotipos de exportación: Hollywood. Que en los últimos años ha encontrado un rescoldo más para su industria fílmica, con películas como The Social Network y The Internship, que sin duda han marcado y marcarán la pauta organizacional en las entidades de software de nuestro país, algunas al extremo de rentar casas residenciales para establecerse, como en la película.

Cierto es que también muchas de nuestras organizaciones, que desarrollaban software mucho antes del boom de las punto.com (Amazon) y las hoy llamadas businesss media (Facebook) no han sucumbido a esa tentación de adquirir el “modelo” gringo de empresa de software. Sin embargo es un hecho, para nuestros jóvenes ingenieros es un contra peso al momento de elegir la empresa a donde irán a trabajar. Pues se siente mucho más atraídos por las empresas orientadas a ese modelo.

La gringo-empresa.

¿Qué caracteriza ese “modelo” gringo de empresa de software? Obviamente son muchísimos factores, elementos y esquemas, pero en lo particular trataré uno porque tiene mucha relación con mi propia experiencia en la programación. En los años previo a mi oficio de programador de computadoras mi afición por los videojuegos crecía exponencialmente, mi padre nos había comprado a principios de los noventa, a mis hermanos y a mí, la consola de 8 bits de Nintendo, y desde entonces hasta la fecha sigo jugando. Esta afición por los videojuegos siempre ha estado asociada a los desarrolladores de software.

Debo confesar que a lo largo del tiempo he conocido desarrolladores a los que no les atrae estos juegos. El punto que quiero enfatizar es que, tanto yo como mis compañeros de trabajo no asociábamos el área de esparcimiento con el  área de trabajo. Debíamos acordar el lugar, hora y día para vernos, extra laboralmente, y hacer las grandes partidas. Ahí considero que está el acierto o artimaña (según se aprecie) del modelo gringo al que me refiero.

#TodoEsCulpaDePavlov.

En las empresas modernas de software, los videojuegos, los juguetes y las áreas “lúdicas” de esparcimiento funcionan como estímulos compensatorios en los programadores. Teniendo los videojuegos a escasos metros de distancia, el subconsciente se somete a la disyuntiva, entre la obligación de trabajar y el deseo de jugar. Esta estrategia de “esparcimiento” en los nuevos ambientes de trabajo colaborativos y de innovación, me recuerda mucho a la relación entre “condicionado” (trabajo) y “condicional” (esparcimiento) planteada por Iván Pavlov en su extraordinaria teoría del Condicionamiento clásico. Los desarrolladores de software, caracterizados por los perfiles de las generaciones X y Y tienen regresiones constantes e inconscientes a la infancia, donde el Modelo Estimulo – Respuesta planteado por Pavlov ya se presentaba y les es bastante familiar, cuando sus padres condicionaban el acceso a los videojuegos y demás incipiente tecnología de entretenimiento, hasta que terminaran sus responsabilidades domésticas y escolares.

Esta forma de organización ha logrado fusionar dos ambientes hasta hace poco antagónicos del desarrollo social y económico. Trabajo y esparcimiento. Si al término de la jornada laboral buscábamos con cierta ansiedad el entretenimiento, hoy lo tenemos dentro del trabajo. ¿Qué nos queda por buscar ahora? Por eso en lo personal, no me sorprende ver a muchos jóvenes programadores con largas jornadas de trabajo sin chistar si quiera por sus derechos laborales. Las jornadas de trabajo se bifurcan entre la satisfacción del esparcimiento y la responsabilidad con el proyecto en turno.

Aunado a esto algunas empresas implementan “Workshops” bastante relajados como el “Día de la cerveza” o “Asado” o como quiera que le llamen a ese día en que se puede beber cerveza dentro de la empresa u otras bebidas alcohólicas. Otra disyuntiva más por la cual replantear nuestra estructura de pensamiento, en términos de Pavlov un nuevo Condicionamiento respondiente. Por lo general estos días “especiales” son realizados los fines de semana o fines de mes, cuando hay que hacer un último “sprint” por entregar proyectos. En el caso de la cerveza, el lúpulo hace su función natural de sedante que, sumado a su contenido de Vitamina B, reduce la percepción de cansancio, más la liberación de endorfinas y dopamina efecto etílico natural en ella, genera la euforia suficiente para permitirnos permanecer un poco más de tiempo ahí, en lo que ya no sabemos muy bien si trabajando o divirtiéndonos.

Los tiempos cambian.

No pretendo desacreditar estas prácticas, porque ciertamente me he visto inmersas en ellas. Es parte de la industria en la que muchos trabajamos. Pero eso no me nubla la visión para reconocer que sucede, y buscar encontrar una posible explicación de ello. Más allá de si ésta exposición de ideas son la respuesta más adecuada o no a dicha tendencia en la adquisición de infraestructura, formas de organización e implantación de dinámica de trabajo en las “nuevas” empresas de software en nuestro país. Atino decir que son sólo algunas, porque como ya lo mencioné, no todas tienden a este esquema, y muchos empresarios del software con los que he dialogado no les parece lo más adecuado. Pero los tiempos cambian y lo que es un hecho es que tampoco se ha consolidado este concepto y estamos a muchos años de saber si en verdad funciona o es la mejor manera de organizar una empresa de software.

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