Juan Daniel López Gómez.
Consultor de infraestructura
Las empresas precisan contar con conexión a internet segura y veloz. En ocasiones, ésto no ocurre y se debe al aumento de clientes que han ido saturando las conexiones, dando como resultado un rezago y lentitud para las organizaciones. Problema que al momento de requerir una solución, involucra un aumento en el costo del servicio ya contratado, el cual no siempre es posible costear.
La realidad, es que hoy en día existen alternativas en el mercado para minimizar el costo y el impacto operativo negativo al tener bajas en los servicios.
No es la primera vez que un cliente batalla, con su ISP (proveedor de servicios de internet) que tiene contratado. En ocasiones, la velocidad con la que navega es mucho menor a la que esperaba; a tal grado que llega a desesperarse, ya que la apertura de puertos o el simple hecho de pedir soporte, se vuelve difícil y genera automáticamente una mala experiencia.
Es importante mencionar, que no siempre son necesarias altas velocidades para servicios que se encuentran en otras partes del mundo, pero tampoco se pueden aceptar bajas en velocidades ya contratadas o cortes inesperados en el servicio. Si bien, los ISP ofrecen velocidades hasta de 100 Mbps (para clientes residenciales) o hasta 1 Gbps (para clientes empresariales), esto no clarifica que los proveedores no digan que dichas velocidades pueden variar durante el día; en ocasiones el ancho de banda es mucho menor al que se pudo haber imaginado.
Problemática que podemos entender mejor, si visualizamos cuál es su panorama actual:
- Para 2017, había 71.3 millones de personas en México con acceso a internet. De los cuales, 17.4 millones se concentra en los hogares y el resto entre empresas e instituciones de gobierno.
- El mayor proveedor ISP en nuestro país, es quien más muestra fallas e incidencias en sus servicios. Partiendo del 13-mayo-2019, se han reportado (al menos ) 715 fallas en el servicio de internet en los últimos 15 días.
A pesar de la existencia de diferentes proveedores de servicio, las reglas son claras: ¿Requiere un extra? Necesita pagar más. Ésto se debe a que requiere de mantenimiento constante a la infraestructura, la cual se sobrecarga al trabajar con mayor cantidad de clientes, de los que realmente estaba previsto.
La solución no está sólo en minimizar el impacto que tiene la baja velocidad de internet o enfrentar el alto costo de actualización de infraestructura por parte de los ISP. Se puede optar por contratar servicios de terceros cuyos conceptos recaen en los siguientes:
- Infraestructura como Servicio (IaaS): los ejemplos más claros de este rubro, son la renta de servidores, seguridad en red, firewalls y almacenamiento seguridad en red, así como renta de instalaciones físicas.
- Plataforma como Servicio (PaaS): Está diseñado, contemplando infraestructura, para soportar el ciclo de vida de las aplicaciones web: codificación, pruebas, puesta en función, administración y actualización.
- Software como Servicio (SaaS): con el hospedaje de aplicaciones, las empresas pueden rentar aquellas que se ajusten a sus necesidades, sin complicaciones de implementación.
Éstas soluciones, pueden convertirse en un gran aliado para satisfacer las necesidades empresariales siempre y cuando cumplan con el factor costo/beneficio que las organizaciones interesadas en estas tecnologías persiguen. Para ello, siempre es necesaria la asesoría técnica y comercial adecuada para una correcta implementación.
Empresas como Microsoft o Amazon, ofrecen una amplia gama de servicios y aplicaciones, bajo un esquema de arrendamiento, que se adapta a las necesidades de cada cliente. La recomendación está, en que se debe conocer los esquemas de servicios y pagos con los que cuentan cada uno de ellos, y cómo sacar el mayor provecho conforme a las necesidades que se desean cubrir.
PRAXIS y sus profesionales expertos en infraestructura, pueden ayudar a las empresas que están interesadas en las tecnologías mencionadas, a implementarlas de la mejor forma posible, brindando la asesoría adecuada tanto en el análisis de requerimientos, como en la implementación de las soluciones. Todo esto con la finalidad de hacer eficientes los costos e inversiones del cliente, para incrementar la productividad y optimizar las operaciones.
