En tiempos complejos e inciertos en los que vivimos, el mundo seguirá necesitando proyectos. Las empresas necesitan personas que sepan gestionarlos, controlarlos, dirigirlos, y esta necesidad ha hecho que PMI – Project Management Institute, haya certificado a +1 millón de personas alrededor del mundo con prácticas estandarizadas para trabajar cualquier tipo de proyecto con la certificación PMP (Project Management Professional). Habrá quien le guste o no las buenas prácticas pero el conocer el lenguaje universal para hacerlo se vuelve una ventaja competitiva para poder trabajar con clientes y entornos de cualquier parte del mundo.
Sin embargo, conocer las prácticas de Project management, no es un fin sino es un medio. Lo más interesante del camino es poder interpretar las prácticas y adaptarlas al entorno de tu negocio, a la complejidad del ecosistema donde vive el proyecto, y a las expectativas de los interesados clave de la solución a recibir. Para ello viene un reto de praxis importante, porqué cuando estamos trabajando nos podemos dar cuenta que hay muchos huecos en el camino, citaré un ejemplo; El Project Charter es el artefacto con el cual se inicia un proyecto, sin embargo la realidad nos dice que el proyecto inicia cuando se tiene autorizado el presupuesto; ¿A quién le hacemos caso?
La realidad es que hay un mundo más allá del PMP – Project Management Professional. Para conocer el proceso completo se puede revisar el marco de PgMP – Program Management Professional; En donde se dice las prácticas no solo de porqué y como se alinean con la estrategia y se autorizan proyectos que tienen relación entre sí, sino también sobre cómo se hace la transición de los beneficios al día a día hacia la operación, lo cual son temas que el PMP ya no atiende.
Tal vez aquí se pueda tener la duda de qué es más importante; ¿La práctica o seguir estudiando más después del PMP? La respuesta es que ambas estrategias son complementarias. Así como no sirve que seas un erudito en todas los libros sin aplicar nada, como tampoco sirve que seas muy práctico dejando huecos importantes sobre el cómo hacer las cosas.
Otra de las preguntas que se vuelven interesante es el concepto de agilidad. ¿La agilidad es antes o después del PMP? ¿En dónde es más relevante prepararse en agilidad o en program manager? Depende el contexto y sus necesidades, si lo que buscas es ser parte del club de élite del management mundial te conviene ser PgMP. Ya que así como hay 1 Millón de PMP´s, solo hay alrededor de 1,500 PgMP en todo el mundo. Las empresas globales aprecian tener dentro del equipo de sus proveedores o equipo interno personas que tengan este conocimiento y estas habilidades de Program Manager. El pensamiento ágil, hoy se requieren en la mayoría de los proyectos, sin embargo no está peleado que las prácticas de Program Management y de Project Management no sean agiles, hoy en día el examen PMP versión 2021, tiene casi el 50% de agilidad, y el examen de Program Management mantiene pensamiento ágil al tener una alta iteratividad entre las etapas de planificación y ejecución de sus proyectos. Todo depende de lo que busques.
Otro tema que es importante aclarar es que no necesitas tener alguna competencia para empezar la otra, es decir, no tienes que ser PMP obligatoriamente para ser PgMP. Son cosas diferentes. Mientras PMP-Project Manager tiene un perfil hacia el entregar un proyecto en tiempo y forma. PgMP – Program Manager forma a personas para entregar valor a la organización con un conjunto de proyectos
Como podrás apreciar existe mucho más allá de solo ser PMP en el mundo de la ejecución de los proyectos, es una actividad de perfeccionamiento que nunca termina, entre más prácticas sepas usar y más conocimiento de ellas tengas, más valor podrás entregar a tus usuarios, a tus clientes. Y entre más acreditaciones tengas como PMP y PgMP, más oportunidades de crecimiento tendrás tú y tu organización